Se termino, finalizo, se acabo. Así serán, o serian, las últimas líneas de la historia de Luis Aragones con la selección española. La derrota en Belfast fue el punto y final, en menos de dos meses la ilusión, el proyecto, todo, se ve por el retrete. Dolió la derrota en Hannover ante Francia en los octavos, pero lo que peso fueron las palabras, esas malditas palabras pusieron a esos medios de comunicación que no tienen simpatía por Luis en recordárselas si no se iba. Se marcharía si no llegaran a semifinales, no se llego, y se cayo antes de lo previsto, pero el equipo, joven, la forma de jugar, todo aparentaba a que había proyecto, pero esa convocatoria ante Islandia, en la que la mayor novedad era Borja Oubiña y la no presencia de Senna, que dejaba un regusto amargo de no ver alguna cara nueva demás para en el estado depresivo que se entra después de una fase final pille algo de ilusión. Ya empezaba a ver nubarrones, presagiaba tormenta por al frase de Aragones, pero no era así, lo que se avecinaba era un huracán, se empezó abrir el ojo con la polémica de las supuestas lesiones de Xavi y Puyol para que se escaquean del amistoso en Islandia, para jugar dos días después el partido de la ida de la Supercopa, ya se veía venir que no iban a ser unas simples nubarrones, pero se esperaba que este huracán pasara de largo, con buenos resultados, ya ni un buen juego. Nueva convocatoria y nuevamente los mismos, ante dos selecciones a tenor débiles, Liechtenstein e Irlanda del Norte, una convocatoria con el final de los fichajes, dos jugadores de la convocatoria se deciden su futuro, ya paso el año pasado con Sergio Ramos, en esta fue Joaquín, llamado Betico pero llego a la concentración Valencianista, y Reyes, que entro como jugador del Arsenal, proclamo querer jugar en el Atlético, y ha terminado en el Real Madrid, grandísima concentración y muestra de profesionalidad la de este futbolista.
Con este panorama, se llegaba a jugar a Badajoz, una ciudad que no tiene fútbol profesional, ni si quiera de nivel de 2ª división B, pero es la tónica habitual en la selección ante selecciones de un nivel tan bajo llevarlas a zonas donde no hay un fútbol de nivel profesional. El caso que todo esto, ya teníamos el huracán que estaba entre quedarse o irse, al final se quedo con la victoria del equipo de baloncesto en el Mundial de Japón, eso fue la hecatombe para la selección de fútbol ya que les dejaba en pleno en el ojo del huracán, las comparaciones y todo les provocaba una gran presión, pero no se noto en el partido del sábado –España de baloncesto jugo el domingo donde conquisto el Mundial- así que el partido del miércoles iba a ser clave para ver si el huracán era real o era solo una ilusión y que solo fue una tormentita de nada. El partido fue horrendo, y acabo siendo desastroso, derrota como la de hace 8 años en Chipre, 3 a 2, que dejo O.K. a Javier Clemente. La sensación antes del partido, como fue preparado, se vio a un Aragones muy abatido, triste, desganado, sin la chispa de energía que mostró en el Mundial y en la preparación, se veía el final, y con el resultado del partido ya no queda más apelativos, se termino, c’est fini.
Todo lo que suceda algo es una lucha contra el poder del fútbol, los medios, que son los que conducen a una gran masa de aficionados que sus ojos, son los de los medios, porque esa es la realidad de este país, muchos solo ven el fútbol a través de los medios, ellos pusieron a Aragones, ellos lo van a quitar, y el bucle seguirá y seguirá... ¿cuándo terminara?
Con este panorama, se llegaba a jugar a Badajoz, una ciudad que no tiene fútbol profesional, ni si quiera de nivel de 2ª división B, pero es la tónica habitual en la selección ante selecciones de un nivel tan bajo llevarlas a zonas donde no hay un fútbol de nivel profesional. El caso que todo esto, ya teníamos el huracán que estaba entre quedarse o irse, al final se quedo con la victoria del equipo de baloncesto en el Mundial de Japón, eso fue la hecatombe para la selección de fútbol ya que les dejaba en pleno en el ojo del huracán, las comparaciones y todo les provocaba una gran presión, pero no se noto en el partido del sábado –España de baloncesto jugo el domingo donde conquisto el Mundial- así que el partido del miércoles iba a ser clave para ver si el huracán era real o era solo una ilusión y que solo fue una tormentita de nada. El partido fue horrendo, y acabo siendo desastroso, derrota como la de hace 8 años en Chipre, 3 a 2, que dejo O.K. a Javier Clemente. La sensación antes del partido, como fue preparado, se vio a un Aragones muy abatido, triste, desganado, sin la chispa de energía que mostró en el Mundial y en la preparación, se veía el final, y con el resultado del partido ya no queda más apelativos, se termino, c’est fini.
Todo lo que suceda algo es una lucha contra el poder del fútbol, los medios, que son los que conducen a una gran masa de aficionados que sus ojos, son los de los medios, porque esa es la realidad de este país, muchos solo ven el fútbol a través de los medios, ellos pusieron a Aragones, ellos lo van a quitar, y el bucle seguirá y seguirá... ¿cuándo terminara?